LAS CETONAS EN LA SALUD HUMANA
Las cetonas son fuente alternativa de energía para el cerebro. Cuando el cuerpo
humano consume la grasa almacenada, el hígado la selecciona para convertirla en
cetonas, las cuales servirán de energía para el cerebro. Las cetonas son
combustibles normales de respiración y como fuente de energía, el musculo
cardíaco y la corteza renal prefiere usar las cetonas envés de glucosa. El 25%
de la cetona es más eficiente que el azúcar en la sangre, de acuerdo a
Perlmutter: “Los cuerpos de cetona son excelentes neuroprotectores, pues
reducen la producción de radicales libres en el cerebro, incrementan la
biogénesis mitocondrial y estimulan la producción de antioxidantes vinculados
con el cerebro.”
Según
Perlmutter (2014); la ingesta de carbohidratos (refinados e integrales) está
asociada a la diabetes, Alzheimer, enfermedades cardiovasculares y ciertos
tipos de enfermedades neurológicas; esto habilita la reversión de estas
enfermedades a través de la nutrición. Por ello se considera positivo la dieta
cetogénica, de la cual se obtiene 80-90% de calorías de la grasa, y el resto de
los carbohidratos y proteínas. Esta dieta disminuye el nivel de amiloide en el
cerebro e incrementa el de glutatión (antioxidate natural protector del
cerebro) en el hipocampo. Sin embargo, el consumo continuo de cetonas, provoca
una producción excesiva de estas, ocasionando un estado de cetosis.
Las cetonas en niveles
altos acidifican la sangre (reduce el pH sanguíneo), lo cual es toxico para los tejidos corporales,
provocando cetoacidosis. En los diabéticos este estado de catabolismo
incontrolado implica la acidosis metabólica (pH <7,35), hiperglucemia y
cetonuria. Esto conlleva a la deficiencia de insulina (enzima que moviliza la
glucosa a las células), lo cual eleva las hormanas reguladoras, originando
gluconeogénesis y lipólisis; este último está directamente relacionado con la
producción incontrolada de cetonas en el hígado, las cuales se acumulan en la
sangre. La cetoacidosis se agrava cuando se manifiesta enrojecimiento facial,
sequedad en la piel y en la boca, náuseas y vómitos, dolor estomacal,
respiración rápida, profunda y aliento con olor a frutas. En los pacientes de
Diabetes mellitus, las complicaciones pueden ser hipoglicemia o la
hiperglicemia y a largo plazo la retinopatía diabética y la nefropatía.
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